Hace algo más de un año tuve la suerte de tener en mis manos
un ejemplar del libro ¨Los Últimos Soldados de la Guerra Fría¨, la persona que
me lo prestó se desprendió de su valiosa carga, que había sido autografiado,
por el afamado escritor brasileño Fernado
Morais, con la promesa expresa de su pronta devolución.
Su lectura fue un reto, que asumí con placer, olvidando por
momento que estaba enfrascado en un texto escrito en portugués, del que sólo
tengo rudimentarios conocimientos, aunque en honor a la verdad, nuestras
lenguas, el Portugués y el Español, son tan semejantes como lo son, nuestros
propios pueblos.
La maestría del escrito me transportaba a una trama de acción
y misterio, convertido en un verdadero bestseller literario, si no fuera porque era una historia real,
sobre hombres que renunciaron a muchos de los placeres de la vida, ante la
disyuntiva de salvar a su pueblo de acciones criminales.
Hablaba de una historia que nos he tan familiar, de la lucha de
nuestro pueblo y de la valentía de cinco jóvenes cubanos que han dedicado, lo mejor
de sus vidas, a la noble labor de proteger a la nación Cubana, y a muchos ciudadanos de los propios Estados Unidos, de acciones violentas.
Esperemos que prevalezca la cordura en el mundo y haya una intolerancia total contra el terrorismo, venga de
donde venga. No podemos aceptar dos tipos de terrorismos, ¨el malo¨, el que
realizan los ¨otros¨, y el ¨bueno¨, el que preserva sus intereses hegemónicos.
Atentar contra civiles inocentes debe ser condenado, no importa el signo político
de quien lo ejecute, por todas las personas honestas del mundo.
Una vez más, gracias a nuestra amiga Neila Cortes por facilitarnos
este testimonio, en voz de su autor, Fernado Morais.
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