jueves, 29 de abril de 2021

La utopía alcanzable.

 

Se imaginan un día que llamen al profesor a la escuela para que se presente con inmediatez al hospital y sin previa junta médica, ni análisis de laboratorio, u otro medio digital de examen diagnóstico, entre al salón a realizar una complicada operación del corazón. Claro que nadie hará eso, esta situación es solo posible en una pesadilla del que, por suerte, se logra despertar.Sin embargo, otra cosa sucede con la ciudad, donde muchos actúan para dejar su huella, como afirmación de gustos y valores, a veces con acierto o con no pocos yerros.

Parece ser que el intrusismo profesional está de moda. Debían saber que hay un grupo de profesionales que tienen las herramientas técnicas para actuar con sobre el espacio físico.A otros les corresponden hacer los sueños realidad, o postergarlos para mejores momentos, por razones materiales o financiera.

Los juicios suelen ser diversos están vinculados a esa manía que se hereda desde la época primitiva de dejar su impronta, por suerte ya superada, pero, aún, en estado latente.Otros no hacen bien el necesario papel de asesores, por aquella errónea, y poca valiente posición, de no ir a contracorriente, a pesar de estar pertrechado de sólidos conocimientos técnicos, con lo cual hacen un daño invaluable a la hora de la toma de decisión. A veces es la presunción de los actores de que son dueños de los saberes y subvaloran el papel de la participación colectiva, apreciándola como herramienta responsable de ralentiza los procesos en el logro de metas más expedita.

La ciudad es una estructura compleja donde sus ciudadanos interactúan en el ámbito productivo y social, con visiones e intereses diferentes sobre el espacio, por demás finito, y por eso, es motivo de conflicto, lo cual lleva a una lógica conclusión: actores, decisores y ciudadanos, deben unirse, aprovechando las sinergias, en el logro de metas comunes.

En ese esfuerzo de ordenar ¨el caos¨ vienen los planificadores físicos participando en la elaboración de Planes, con el esfuerzo de todos, para uso por decisores y actores de la ciudad, permitiendo hacer crecer el entramado urbano con nuevos proyectos urbanísticos, arquitectónicos y culturales, en una urbe ordenada, donde se conoce el uso y destino del suelo en todo su espacio citadino.

Soñamos con tales propósitos, y nos esforzamos por hacer realidad la utopía. Tanto esfuerzo de prestigiosos profesionales, con una sola meta en común:

¡Hacer feliz a la humanidad que en ella hábitat!

domingo, 25 de abril de 2021

Veguita, una historia por contar


Qué tiene que ver un santiaguero, o mejor, miles de orientales, decenas de secundarias básicas en el campo ubicada en una zona rural, una escuela técnica, una arquitecta argentina, cientos de relatos de vidas que habitan en la memoria de sus protagonistas, un excepcional investigador de campo, un equipo de técnicos de planificadores físicos y un urbanista, que busca revivir pasajes de épocas pretéritas, vinculado a su profesión, y asume con asombro cómo se entrelazan estas historias, aparentemente inconexa, con su vida y la de sus compatriotas.

Veguita es un nombre familiar, cada año como tantos, primero en la secundaria y luego en el Preuniversitario, llegaba la ansiada etapa de la ¨Escuela al Campo¨ en este lugar y durante 45 días muchos educandos, de la antigua provincia de Oriente, realizábamos tareas agrícolas, bajo el principio martiano de combinar el estudio y el trabajo. Era el momento de salir de la tutela de los padres, tomar nuestras propias decisiones, atender necesidades básicas, y por supuesto, tener las primeras relaciones amorosas.
Nos albergaban en campamentos separados las hembras de los varones, a veces a muchos kilómetros, los uno de los otros, tal vez, a instancia de los preocupados profesores, aunque ya sabemos que no hay barrera suficientemente buena, a esa edad, donde se anda siempre a todo galope.
Muy cerca de los campamentos existen muchas Escuela Secundaria Básica en el Campo (ESBEC), que podrían servir como posible zona de animación a los fogosos jóvenes, sino fuera porque las direcciones de esos centros educacionales advertían a la parte femenina que no podían acercarse a los osados santiagueros. Lo sé de buena fuente, por azar del destino, en esa época, la que sería mi futura esposa muchos años después, y estudiante de la ESBEC Veguita 2, me lo reveló.
El tiempo pasó me hice arquitecto especializado en el ordenamiento territorial y urbano, otras fueron mis ocupaciones, entre ellas capacitar a estudiantes del Instituto Politécnico de Bayamo en una nueva especialidad, Planificación Física. Como profesor recibo muchas interrogantes de los alumnos, una de ella fue sobre el origen de la escuela, en honor a la verdad, sólo conocía el nombre de la arquitecta que decían los libros especializados que la diseño y construyó, se llama Fanny.
Herido en mi amor propio, decidí conocer esa mujer, y sin recibir encargo de nadie, excepto de mis alumnos, emprendí una interesante experiencia investigativa, que me permitió derribar mitos, corregir fechas y descubrir que, aparte de sus aportes en sus obras arquitectónicas en la ciudad de Bayamo, en los trabajos del Plan General y Proyecto de Edificio de la ciudad escolar ¨Camilo Cienfuegos¨, como parte de un equipo de trabajo y variados proyectos de obras escolares que se edificaron por todo el país, era también protagonista de un hecho poco divulgado que es, el de estar entre las fundadoras de la Planificación Física en Cuba.
Culminada la investigación, con datos sólido sobre su trayectoria laboral, me quedaba con la insatisfacción que no había podido entrevistar en Cuba a personas que la conocieron, más que nada por circunstancias adversas del destino, y ahora, como compensación, ante una pregunta, sin espera de una positiva respuesta, me dice mi colega Frank, una persona destaca en la investigación de campo y proyectista, con mucha naturalidad, y para mi asombro, que trabajó con ella en la antigua región Manzanillo, donde ella elaboraba planes de ordenamiento del macizo cañero de la costa granmense y, lean bien, en el ¡Plan Viandero de Veguita!, con un equipo de trabajo.
Frank describe su forma de trabajar, donde días y noche, eran parte de la jornada laboral, los enormes planos cobraban vida, y da fe, que tal como se diseñó el Plan General de la propuesta, se ejecutó posteriormente. Habla enfático, como aprendió de su forma de hacer, y lo que significó esa experiencia en su vida posterior. Ella me inspiró, y fue fuente de motivación profesional, dice Frank.
La idea de aprovechar una fecha, la celebración el 19 de mayo el 60 Aniversario de Planificación Física en Cuba, para hablar de personas que se han destacado en todos estos años, entusiasmo a muchos colegas de profesión, amigos y también a la familia.
En el hogar, mi esposa, al tanto de la investigación, me pide apoyo para otro estudio, y me da múltiples razones para hablar de Veguita, la oigo platicar con entusiasmo de famosos directores de ESBEC de la época, argumenta de las múltiples personalidades de la cultura, la medicina, profesores, decisores y un largo etcétera que salieron de esos centros. En su afán de convencerme, me habla hasta de sus dos vecinas que estudiaron en esos predios. Se extiende en jocosas historias cuando el terremoto del 76, recuerda encuentro deportivos entre escuelas, eventos culturales memorables, dice que hay cientos historias de vida que merecen ser contadas…en realidad yo quiero ayudarla, aunque tengo duda del tiempo que dispongo.
De vuelta a mi oficina me espera Frank, deseando buscar, en el archivo de la entidad, que él organizó, los planos que no ha tocado nadie en años, el mapa original de Veguita que diseño la arquitecta Fanny, se hace difícil su localización, pero juntos revisamos interesantes piezas de museo de incalculable valor histórico, aparece un uso de suelo de los años 70 siglo pasado, un plano de 1932 copiado del archivo de Indias de España, un plano de Manzanillo de 1807 a 1820… absorto en tales trabajo y revisando un mapa de Veguita, me dice Frank, ¨Zayas si tu supiera como nosotros participamos en los proyectos de Veguita y en la localizaciones de todas esas ESBEC¨.
Aumenta el entusiasmo, sencillamente no lo puedo creer. Frank se abre a los recuerdos, habla de un encuentro de trabajo en el Puesto de Mando Nacional de la Agricultura, conocido como Nazareno, en ciudad de La Habana, y la visita a la primera la ESBEC ¨Ernesto Che Guevara¨ (Ceiba 1), como parte de un intercambio de trabajo para adquirir experiencia en la ubicación de estas escuelas en el Oriente cubano.
Explica que había un proyecto de 28 escuelas, de las cuales se edificaron 14 y un pedagógico en Veguita, que se localiza cada instalación en el centro de un área tributaria de 40 caballerías, dependiendo de elementos claves, como la accesibilidad. Habla de sus 10 años de trabajo con el capitán José Arteaga, más conocido como Pituti, dedicado al control de ejecución de esos proyectos.
Retrocede en el tiempo y me explica cómo llegaron a esta etapa de trabajo. A partir del Plan General de Fanny y su equipo. El trabajo de mesa con la definición del anteproyecto general, donde participó él, dando los detalles del catastro y las primeras ideas conceptuales, con la participación de la arquitecta Marta Roig y otras especialistas. Ya con el levantamiento topográfico de la zona, el arquitecto del Instituto de Planificación Física de Santiago de Cuba, Leandro Pérez, definió los detalles de cada lote donde irían enclavadas las ESBEC. Para el proyecto contaron con el tradicional apoyo técnico de otras instituciones como vialidad, hidráulica, entre otras.
No por gusto Chabela, Vicedirectora Técnica de Granma de esa época, en un comentario en las redes, expresó ¨…nuestra mayor fortaleza en esos momentos, era contar con un catastro tan detallado, y una buena base cartográfica que nos permitían trabajar desde la oficina proyectos maravillosos cuando comenzaron las Escuelas al Campo¨. En otra acotación menciona nombres entre los proyectistas que trabajaron el planeamiento como, Felipe Milanés y Jorge Soto.
Creo que ya lo presumen los lectores, en nuestra profesión hay individualidades, pero es por naturaleza un trabajo colectivo, donde intervienen grupos de trabajo, cada uno con una misión determinada que permite ir de lo general a los detalles o dicho con otras palabras de la información, el catastro, las ideas conceptuales, el anteproyecto, el proyecto ejecutivo y por último la edificación de las obras, en este caso el Plan Viandero Veguita con sus lotes, caminos, canales, cortina rompe viento, tanque apoyado, cisternas, almacenes, etc. y por supuesto las ESBEC.
¨Causas y Azares¨ también podría haber sido el título de este artículo, en cualquier caso, el mundo no parece suficientemente grande para que podamos escapar de esa extraña madeja de interrelaciones, donde personas y situaciones se empeñan en encontrarse, a pesar de todo.