domingo, 24 de diciembre de 2017

“El paisaje urbano ha de verse, recordarse y causar deleite”*

La Habana es Cuba, y lo demás es área verde¨, rezaba un viejo slogan, referenciado una realidad del país, de más de medio siglo atrás, cuando el desarrollo urbano se concentraba básicamente en la capital de la nación. Mientras en muchas capitales latinoamericanas se multiplicaban varias veces su población, en la ciudad de La Habana el crecimiento fue más lento y racional con una política de mejoras dirigidas al desarrollo de su sistema de asentamientos, fundamentalmente en las capitales provinciales y municipales.
Una de las actividades vitales en el estudio de las ciudades son sus áreas verdes las cuales tienen una gran repercusión en su conformación espacial y en la calidad ambiental de las urbes.
En el caso de la ciudad de Bayamo presenta uno de los principales  indicadores que miden la actividad, con  algo más de 23 metros cuadrados de áreas verdes por persona, muy favorable,  si lo comparamos con los recomendados por la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas que plantean, al menos, entre nueve y dieciséis metros cuadrados de áreas verdes por persona.
Leo en Internet, a modo de referencia, que en Latinoamérica destaca la ciudad de Curitiba en Brasil, con 52 metros cuadrados de áreas verdes por persona y en su reverso la ciudad de Buenos Aires con menos de dos.
En el caso de la ciudad de Bayamo, la cifra no refleja realmente el impacto favorable que tiene para sus habitantes dado que hay un desbalance marcado en su distribución.
En el indicador se engloban los espacios verdes que se ubican mayormente en los suburbios, como el parque Granma. Hacia el interior del entramado urbano se edificaron, en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, nuevos conjuntos residenciales  en las zonas de Nuevo Desarrollo, como Jesús Menéndez y Antonio Guiteras, que se encuentran arborizados, respondiendo  a  proyectos previamente concebidos.
En igual sentido se fomentó un bosque de caobas en el actual reparto Carlos Manuel de Céspedes. Un área que está actualmente mermada  por la acción del hombre sobre su entorno.
 En la misma dirección los planes urbanos previeron, un área verde de 900 metros de extensión y de 50-70 metros de ancho en la entrada de la ciudad para mejorar la imagen urbana y amortiguar el ruido y el polvo generado por el intenso tránsito de la Carretera Central, vía Santiago de Cuba. Lamentablemente, por diversas razones, ese espacio verde se ha ido transformando paulatinamente en área construida.
En Bayamo existe un déficit considerable de áreas verdes al norte del ferrocarril y centro de la ciudad, debido a la gran compactación de viviendas y la carencia de áreas disponibles para desarrollar las mismas. En el resto de la ciudad uno de los problemas fundamentales es la falta de arbolado en vías y arterias principales, donde se siembra excesivamente arbustivas, que además de dificultar la visibilidad vial, no ofrecen la ansiada sombra al peatón, desconociéndose las características diversas del arbolado que puede adecuarse  al espacio disponible y a las restricciones técnicas de la zona.
Falta mucho por hacer para lograr una mejor distribución de las áreas verdes en el espacio urbano. Se requiere restituir el arbolado envejecido, reponiendo el mismo donde las acciones puntuales de desarrollo urbano precisen realizar la talad. Hacer una correcta selección de las especies adecuadas en función del lugar donde serán ubicadas. Trabajar en  el diseño y manejo de las técnicas de selección de especies para ser plantadas, que incluya la poda a tiempo y en proporciones adecuadas. Lograr un incremento de la producción de postura en viveros para la reposición de árboles con la variedad ajustada al sitio a plantar.
Estas acciones, y muchas más, se pueden hacer para que haya armonía entre el espacio natural y construido, donde las áreas verdes juegan un papel destacado en la  belleza de las ciudades y  brindan confort climático a sus habitantes.


* Lynch, Kevin: La Imagen de la Ciudad, Ed. Ciencia y Técnica Instituto del Libro, Cuba, 1970.
Bibliografía consultada,  El Plan General de Ordenamiento Urbano de Bayamo.