viernes, 1 de noviembre de 2013

Bayamo y sus ¿por qué?...


En unos pocos días la ciudad de Bayamo, arribará a sus 500 años de fundada; fecha importante en cualquier lugar habitado, pero es algo más que una celebración, Bayamo esta imbricada en la historia de Cuba de una forma muy especial.

El sitio es fiel reflejo de la forma de ser del Cubano y explicación, de los tantos ¿por qué?, que de manera sistemática, preguntan muchas personas, de otros lares, cuando pretenden entender la sicología de nuestros compatriotas y en los que, de manera obstinada, sus paradigmas de medición, no parece encajar a la usanza tradicional, al analizar las manifestaciones de rebeldía y perseverancia de un pueblo ante las adversidades,  que va más allá de nuestro pasado reciente.

Muchos de los que nacieron en esta tierra, o viven en ella por adopción, o el más simple de sus ciudadanos, guarda una deuda de gratitud con los hombres que permitieron portar con orgullo nuestra condición de Cubano.

Los que estamos lejos de la Patria nos unimos a esta celebración de Bayamo, con sus más de 500 años de historia, con el deseo de realizar un acompañamiento activo,  desde Namibia, que recoja el sentir de muchos de los profesionales cubanos que laboramos en esta tierra Africana...


La Villa San Salvador de Bayamo

Fue fundada por Diego Velásquez el 5 de noviembre de 1513, fue el segundo emplazamiento creado por los españoles en Cuba.
Al año de su emplazamiento fue trasladada a su ubicación actual en las márgenes del río Bayamo. A sus primeros pobladores debemos el nombre de la ciudad que fue instaurada en dos asentamientos aborígenes ubicados en lo hoy constituye su Centro Histórico.
Siguiendo lo reglamentado para la época se erigió una plaza, la iglesia, el cabildo, la cárcel, entre otras instituciones de importancia asociadas a las actividades religiosas y de gobierno.
Grandes acontecimientos naturales, económicos, sociales, políticos, culturales y urbanísticos marcarían su impronta en la vida de la ciudad, su río navegable que favoreció el comercio de contrabando, terremotos y fuertes temporales que limitaron su desarrollo, la guerra emancipadora, contra España, que llenó de gloria a los bayameses, al costo de grandes pérdidas en vidas humanas y enormes destrucción de la Villa.
A la pregunta, ¿por qué precisamente en esta zona del territorio nacional comenzó la lucha?, hay que conocer, que en esa época, Cuba tenía organizado su espacio territorial en dos departamentos administrativos: Oriente y Occidente.
Esa ubicación espacial, del departamento Oriental, es un factor que no puede ser minimizado y ha tenido su impacto, a lo largo de su historia, en una especie de “fatalismo geográfico” para su avance económico y social, al estar separada del polo de atracción principal de desarrollo del país, ubicado en su porción occidental.

Esta realidad, fue fuente de contradicciones, desde esta época, entre las clases dominantes, compuesta por la oligarquía local, constituida fundamentalmente por peninsulares, que sustentaban el poder económico y político, concentrado en el occidente del país, y el criollo, que emergía con fuerza, como atisbo de la naciente formación de la nacionalidad Cubana.
El rígido monopolio comercial español, que no permitía prosperara la clase pudiente criolla, que reclamaba iguales oportunidades comerciales, derechos políticos y como propósito latente, el fin del dominio español; donde subyacía, como telón de fondo, la miseria de la población, una parte de ella, en condiciones de esclavitud, crearon el caldo propicio para el comienzo de La Guerra de los Diez Años, en 1868, contra España, precisamente en la región más atrasada del país, liderado por un bayamés, Carlos Manuel de Céspedes, rico hacendado que tuvo como primera acción emancipadora, conceder la libertad a sus esclavos. 
Campana de la Libertad en el ingenio La Demajagua, donde Céspedes le dio la libertad a sus esclavos.
Su entereza se pone a prueba cuando, ante el reclamo español, que abandonara la lucha a cambio de perdonar la vida de su hijo menor; su respuesta tajante: “Oscar no es mi único hijo, soy el padre de todos los cubanos que han muerto por la Revolución”. Por tal actitud los cubanos lo proclamaron ¨El Padre de la Patria¨.
El pueblo bayamés dio una prueba de su heroico desprendimiento al quemar su Villa antes de entregarla a las tropas española.
Ruinas de la Villa de Bayamo después del Incendio provocado por sus propios pobladores
El Conde de Valmaseda, con una columna de tres mil hombres, se dirigió a Bayamo para recuperar el lugar, se disponía al ataque del sitio, cuando sus ocupantes, conscientes de la inferioridad militar, resolvieron evacuarla el 12 de enero de 1869, al tiempo que sus vecinos, secundando el grito “¡Que arda la ciudad antes de someterla al nuevo tirano!”, le prendieron fuego.

Encontrando Valmaseda, al penetrar en la misma, sólo escombros y ruinas humeantes… Una gran parte de su patrimonio edificado fue convertido en ceniza.
Céspedes fue el primer Presidente de la República en Armas. Murió solo, apartado por los suyos, producto de las contradicciones internas en las huestes insurrectas.

Su mansión señorial se yergue en el corazón de la cuidad de Bayamo, como prueba de desprendimiento, atrás quedaron riquezas, familia…su primer compromiso siempre fue con su Patria. Hoy su legado nutre las ideas patrióticas que ha alimentado a generaciones de cubanos.



Casa de Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo


No hay comentarios:

Publicar un comentario