Una hermosa foto de un amanecer que tiene como trasfondo el río Kavango
en suelo namibiano provoco opiniones encontradas en usuarios de la Red. A una incansable amiga, la imagen le hace exclamar “… Cuanta Luz, Madre África muestra sus bellezas” en el lado
opuesto del escenario un colega expresa “…Esa luz es, luz de penumbra, África sufre”
Por supuesto que ambos tienen razón, son caras
opuestas de una misma realidad, con la salvedad que los aspectos negativos han
sido resaltados hasta la saciedad distorsionando la imagen, del continente Negro,
hasta el punto de hacer perder el
sentido de la objetividad incluso hasta en personas medianamente informadas.
La deuda historia aún está pendiente en la
meta de elevar el desarrollo económico y social, asolada por el saqueo sistemático de sus recursos naturales.
Calamidades físicas y enfermedades, parece reforzar esa visión, ahora con el Ébola, con su miles de enfermos y fallecidos, amenazando convertirse en un nuevo escenario apocalíptico.
El horror ya está presente con otros muchos padecimientos como, el SIDA, la Tuberculosis, la Malaria… causante de decenas de millones de enfermos y varios millones de fallecidos que curiosamente, vaya usted a saber por qué, no tiene igual destaque en los medios informativos.
Calamidades físicas y enfermedades, parece reforzar esa visión, ahora con el Ébola, con su miles de enfermos y fallecidos, amenazando convertirse en un nuevo escenario apocalíptico.
El horror ya está presente con otros muchos padecimientos como, el SIDA, la Tuberculosis, la Malaria… causante de decenas de millones de enfermos y varios millones de fallecidos que curiosamente, vaya usted a saber por qué, no tiene igual destaque en los medios informativos.
Así que el propósito de este texto no es hacer una apología
sobre estas tierras desde una visión elitista,
si eso fuera posible, sino mucho más simple mostrar a través de imágenes las
facetas menos divulgadas de esta nación, donde la gente, el paisaje, el mobiliario urbano, la flora, la fauna...envían, sin proponérselo, un mensaje, aún por revelar, sobre estas tierras del Sur.
La vida transcurre con su carga de emociones
diversas, ajena al “Infierno de Dante” que nos regalan las noticias, como ocurre en cualquier lugar de La Habana,
Río de Janeiro, Buenos Aires o Madrid.