Un aniversario más de la Unión
Nacional de Ingenieros y Arquitectos de la Construcción de Cuba, fue motivo
para el reencuentro entre correligionarios de trabajo, invitados y colegas de
la prensa.
Es inevitable que afluyan los recuerdos y los temas vinculados a este sector
laboral, sus espacios urbanos y algunos de sus barrios más emblemáticos que
estimula la charla informal en medio del convite.
Comenté con los periodistas Roxana Rodríguez de Radio Bayamo y Orlando
Frombellida del periódico La Demajagua algunas de las singularidades de un
sitio, Nuevo Bayamo, que tengo la percepción que aún está por descubrir incluso
para los originarios pobladores de la capital provincial de Granma.
El reparto Nuevo Bayamo que yo prefiero nombrar barrio, aunque tradicionalmente
se usan como sinónimo, tal vez, el primer concepto está asociado a la acción y
efecto de repartir, en este caso, lotes para la edificación de inmuebles,
mientras que barrio encierra una significación mayor al referirse a una
comunidad urbana de gran coherencia físico-social en las cuales está contenida
una memoria histórica portadora de una identidad cultural.
Esta relación con el barrio nació en medio del fragor de dotar a sus
autoridades locales de algunos elementos conceptuales y procedimiento de
trabajo sobre la calidad de la imagen urbana.
En el plano personal representó la oportunidad de superarme profesionalmente
con la conclusión de una maestría vinculado con el tema de la imagen urbana
sobre el sitio de referencia.
El motivo de su selección inicial del barrio fue por razones prácticas, como su
cercanía a mi hogar que me permitía visitarlo casi diariamente, la pequeña área
que ocupa el lugar, de sólo 16 ha, que facilitaba profundizar en el estudio del
emplazamiento y la conciencia que me enfrascaba en el análisis de un espacio
especial que valía el esfuerzo revelar para especialistas y la población en
general.
Recuerdo vívidamente como a
principio de la década del 2000 me desempeñaba como directivo de un organismo
especializado en el ordenamiento físico del territorio y su espacio urbano y
fui citado para un despacho con el recién nombrado Secretario del Partido de la
provincia Granma, compañero Lázaro Expósito Canto.
La discreta oficina, respira un nuevo aire, no había lujo, pero se percibía un
ambiente de trabajo que invitaba a la acción. Pasé a un pequeño local, una
espera de unos minutos y lo veo entrar, un breve saludo y toca directamente el
tema que lo ocupa en esos días y sin preámbulo empieza hablar, me describe una
provincia distinta a la que yo conocía, trataba de seguir su visión, me platica
de lo mucho que había que hacer para mejorar la imagen de las ciudades y
pueblos, para beneficio material y espiritual de sus habitantes.
Cuando se aseguró que había entendido bien la idea, solicitó que nuestra
institución asumiera la asesoría técnica de este proyecto, debía presentar a
las autoridades locales una guía urbanística que sirviera de pauta para evaluar
semanalmente la imagen urbana del territorio que permitiera identificar las
deficiencias que facilitara efectuar las medidas correctivas para lograr el
cambio deseado e hiciera nuevas propuestas sobre la calidad del espacio urbano.
A la pregunta, para cuándo debe estar el documento terminado, su lacónica
respuesta, tan cubana, para ayer.
Así que repasé las notas de clase de la universidad, leí algunos libros de
autores clásicos que habían tratado sobre la imagen urbana, consulté a colegas
de trabajo y en unos pocos días después salió la guía urbanística que se aplicó
de inmediato.
El esfuerzo de muchas personas permitió transformar el espacio edificado,
venciendo una montaña de dificultades y haciendo posible lo que parecía
imposible. El resultado, la autoestima de los granmenses pareció elevarse como
nunca.
Efectuada
esta pequeña digresión continuamos con nuestra historia del sitio. A pesar de
su pequeño tamaño, el barrio Nuevo Bayamo parece reunir una serie de
singularidades que le imprime una marca exclusiva más allá de nuestro propio
ámbito local.
No creo que muchas personas estén al corriente del motivo de su extraña forma en abanico que le confieren valores urbanísticos en que yo me permito hacer mi propia hipótesis sobre su génesis.
No creo que muchas personas estén al corriente del motivo de su extraña forma en abanico que le confieren valores urbanísticos en que yo me permito hacer mi propia hipótesis sobre su génesis.
Su
rotonda, que jerarquiza el lugar, tiene el raro mérito en el país de canalizar
un tráfico vehicular fantasma o apenas simbólico de acuerdo a los parámetros
técnicos con se construyen estos cruces vehiculares, en medio de la bucólica
tranquilidad del barrio.
La
hermosa escultura de José Martí, del destacado escultor cubano José Delarra,
que se yergue en medio de la glorieta vial para recordar las palabras de José
Martí sobre la villa rebelde y noble¨…Yo tengo de Bayamo el alma intrépida y
natural”.
El
simbolismo que adquiere su escultura al poner al Maestro mirando al sur donde
se visualiza en el horizonte el imponente el macizo montañoso de la Sierra
Maestra, tal vez, para recordar los versos de José Martí ¨…El arroyo de la
Sierra me complace más que el mar¨.
Sin
duda uno de los elementos más importantes de la zona residencial es el valor
arquitectónico de muchos de sus inmuebles de estilo racionalista que reflejaba
la época en que se estaba gestando su nacimiento, a finales de la primera mitad
del siglo pasado.
La
burguesía bayamesa se enfrascaba en una especie de mimetismo espacial y
constructivo, quizás deseosa de parafrasear a grito el slogan del momento para
el Vedado… ¡Nuevo Bayamo, el mejor lugar para vivir en Bayamo!
El
arbolado del sitio viene a corroborar esta afirmación con la siembra en
estrechos parterres, que ignoraban las agresivas raíces superficiales, del
ficus benjamina, conocido vulgarmente como laurel, uno de los símbolos
emblemáticos del Vedado, del que quedan, tal vez, no más de dos de sus
representantes como testigos ciegos de una época pasada.
Quizás
resulte más curioso aún descubrir pequeños hitos o monumentos de forma
piramidal trunca como señalética del nombre de calles, ya borrados por el
tiempo, ignorado por sus pobladores poco acostumbrados a esa forma de
identificación de su entramado vial, como recuerdo de la extrapolación de
códigos claves del reparto insignia, ubicado en la capital del país.
Los
valores socio-culturales del barrio están vigentes de muchas formas que tiene
su expresión más acabada en el alto sentido de identidad que establecen sus
pobladores con su entorno.
Recuerdo un suceso jocoso, que me contaron después los propios vecinos, como se movilizó el barrio para alertar a sus moradores de un extraño personaje que visitaba el lugar de día y de noche con una cámara al hombro tomando misteriosas fotos sobre sus inmuebles.
Recuerdo un suceso jocoso, que me contaron después los propios vecinos, como se movilizó el barrio para alertar a sus moradores de un extraño personaje que visitaba el lugar de día y de noche con una cámara al hombro tomando misteriosas fotos sobre sus inmuebles.
Ellos
fueron inapreciable colaboradores como portadores de la memoria histórica del
lugar. Mucho ayudó a la comprensión del emplazamiento el libro de Urania
Ramírez Arias que enfatiza en la vida de los primeros habitantes del sitio.
El
vecino del lugar Manuel Hernández Rodríguez brindó una valiosa información oral
y gráfica sobre el emplazamiento.
Recuerdo que al finalizar la visita a su hogar
me sorprendió favorablemente al mostrarme el primer número de un boletín
mensual de seis páginas, de junio de 1955, ¨Noticias de Nuevo Bayamo¨, donde
uno vuelve a sentir el fluir de la vida de sus primeros habitantes, sin duda un
valioso documento para la historia del lugar y tal vez un ejemplar divulgativo
poco frecuente para una zona residencial en el país.
Mi
intento de elaborar una hipótesis sobre la forma en abanico del barrio me llevó
a la casa de la viuda de uno de los protagonistas en el surgimiento del sitio,
me confiesa que mi llegada fue providencial porque con dolor estaba a punto de
deshacerse de las fotos aéreas originales del lugar donde es posible apreciar
el proceso de urbanización, con su infraestructura técnica y las primeras
viviendas construidas, en que es fácil observar con gran nitidez toda la
morfología del emplazamiento.
Es evidente que sobre el sitio se ha acumulado un número importante de estudios realizados que van desde la historia del barrio vista por sus pobladores, estudios vinculados a inmuebles importantes, análisis del movimiento racionalista y las regulaciones urbanas del lugar; así como lineamientos urbanísticos para la calidad de la imagen y muchos otras publicaciones.
Es evidente que sobre el sitio se ha acumulado un número importante de estudios realizados que van desde la historia del barrio vista por sus pobladores, estudios vinculados a inmuebles importantes, análisis del movimiento racionalista y las regulaciones urbanas del lugar; así como lineamientos urbanísticos para la calidad de la imagen y muchos otras publicaciones.
Contar con estas investigaciones permitirá crear las condiciones técnicas para
sugerir a Patrimonio la valoración del lugar, de ser favorable, sería posible
confeccionar el expediente para ser valorado por la Comisión de Monumento, con
vista a declararlo como sitio urbano de significación, atendiendo al sistema de
valores que están presentes en el barrio.
Lo cual facilitaría la atención
diferenciada, por parte de los especialistas y las autoridades locales, que
contribuya a detener el deterioro del espacio edificado, con la consiguiente
pérdida de valores, que está ocurriendo de forma creciente en el sitio
actualmente.
El reconocimiento de los valores del barrio hará posible que las nuevas generaciones se impregnen del espíritu de sus habitantes y de la belleza de su espacio natural y construido para volver a vivir el sueño de tener un Nuevo Bayamo, como el mejor lugar para vivir…
El reconocimiento de los valores del barrio hará posible que las nuevas generaciones se impregnen del espíritu de sus habitantes y de la belleza de su espacio natural y construido para volver a vivir el sueño de tener un Nuevo Bayamo, como el mejor lugar para vivir…
(Texto e imagen gráfica José Alberto Zayas Pérez)