domingo, 28 de febrero de 2016

¡Nuevo Bayamo, el mejor lugar para vivir en Bayamo!



 

Un aniversario más de la Unión Nacional de Ingenieros y Arquitectos de la Construcción de Cuba, fue motivo para el reencuentro entre correligionarios de trabajo, invitados y colegas de la prensa.
Es inevitable que afluyan los recuerdos y los temas vinculados a este sector laboral, sus espacios urbanos y algunos de sus barrios más emblemáticos que estimula la charla informal en medio del convite.
Comenté con los periodistas Roxana Rodríguez de Radio Bayamo y Orlando Frombellida del periódico La Demajagua algunas de las singularidades de un sitio, Nuevo Bayamo, que tengo la percepción que aún está por descubrir incluso para los originarios pobladores de la capital provincial de Granma.
El reparto Nuevo Bayamo que yo prefiero nombrar barrio, aunque tradicionalmente se usan como sinónimo, tal vez, el primer concepto está asociado a la acción y efecto de repartir, en este caso, lotes para la edificación de inmuebles, mientras que barrio encierra una significación mayor al referirse a una comunidad urbana de gran coherencia físico-social en las cuales está contenida una memoria histórica portadora de una identidad cultural.
Esta relación con el barrio nació en medio del fragor de dotar a sus autoridades locales de algunos elementos conceptuales y procedimiento de trabajo sobre la calidad de la imagen urbana.
En el plano personal representó la oportunidad de superarme profesionalmente con la conclusión de una maestría vinculado con el tema de la imagen urbana sobre el sitio de referencia.
El motivo de su selección inicial del barrio fue por razones prácticas, como su cercanía a mi hogar que me permitía visitarlo casi diariamente, la pequeña área que ocupa el lugar, de sólo 16 ha, que facilitaba profundizar en el estudio del emplazamiento y la conciencia que me enfrascaba en el análisis de un espacio especial que valía el esfuerzo revelar para especialistas y la población en general.

Recuerdo vívidamente como a principio de la década del 2000 me desempeñaba como directivo de un organismo especializado en el ordenamiento físico del territorio y su espacio urbano y fui citado para un despacho con el recién nombrado Secretario del Partido de la provincia Granma, compañero Lázaro Expósito Canto.
La discreta oficina, respira un nuevo aire, no había lujo, pero se percibía un ambiente de trabajo que invitaba a la acción. Pasé a un pequeño local, una espera de unos minutos y lo veo entrar, un breve saludo y toca directamente el tema que lo ocupa en esos días y sin preámbulo empieza hablar, me describe una provincia distinta a la que yo conocía, trataba de seguir su visión, me platica de lo mucho que había que hacer para mejorar la imagen de las ciudades y pueblos, para beneficio material y espiritual de sus habitantes.
Cuando se aseguró que había entendido bien la idea, solicitó que nuestra institución asumiera la asesoría técnica de este proyecto, debía presentar a las autoridades locales una guía urbanística que sirviera de pauta para evaluar semanalmente la imagen urbana del territorio que permitiera identificar las deficiencias que facilitara efectuar las medidas correctivas para lograr el cambio deseado e hiciera nuevas propuestas sobre la calidad del espacio urbano.
A la pregunta, para cuándo debe estar el documento terminado, su lacónica respuesta, tan cubana, para ayer.
Así que repasé las notas de clase de la universidad, leí algunos libros de autores clásicos que habían tratado sobre la imagen urbana, consulté a colegas de trabajo y en unos pocos días después salió la guía urbanística que se aplicó de inmediato.
El esfuerzo de muchas personas permitió transformar el espacio edificado, venciendo una montaña de dificultades y haciendo posible lo que parecía imposible. El resultado, la autoestima de los granmenses pareció elevarse como nunca.

Efectuada esta pequeña digresión continuamos con nuestra historia del sitio. A pesar de su pequeño tamaño, el barrio Nuevo Bayamo parece reunir una serie de singularidades que le imprime una marca exclusiva más allá de nuestro propio ámbito local.
No creo que muchas personas estén al corriente del motivo de su extraña forma en abanico que le confieren valores urbanísticos en que yo me permito hacer mi propia hipótesis sobre su génesis.
Su rotonda, que jerarquiza el lugar, tiene el raro mérito en el país de canalizar un tráfico vehicular fantasma o apenas simbólico de acuerdo a los parámetros técnicos con se construyen estos cruces vehiculares, en medio de la bucólica tranquilidad del barrio.
La hermosa escultura de José Martí, del destacado escultor cubano José Delarra, que se yergue en medio de la glorieta vial para recordar las palabras de José Martí sobre la villa rebelde y noble¨…Yo tengo de Bayamo el alma intrépida y natural”. 
El simbolismo que adquiere su escultura al poner al Maestro mirando al sur donde se visualiza en el horizonte el imponente el macizo montañoso de la Sierra Maestra, tal vez, para recordar los versos de José Martí ¨…El arroyo de la Sierra me complace más que el mar¨.
Sin duda uno de los elementos más importantes de la zona residencial es el valor arquitectónico de muchos de sus inmuebles de estilo racionalista que reflejaba la época en que se estaba gestando su nacimiento, a finales de la primera mitad del siglo pasado.
 La burguesía bayamesa se enfrascaba en una especie de mimetismo espacial y constructivo, quizás deseosa de parafrasear a grito el slogan del momento para el Vedado… ¡Nuevo Bayamo, el mejor lugar para vivir en Bayamo!
El arbolado del sitio viene a corroborar esta afirmación con la siembra en estrechos parterres, que ignoraban las agresivas raíces superficiales, del ficus benjamina, conocido vulgarmente como laurel, uno de los símbolos emblemáticos del Vedado, del que quedan, tal vez, no más de dos de sus representantes como testigos ciegos de una época pasada.
Quizás resulte más curioso aún descubrir pequeños hitos o monumentos de forma piramidal trunca como señalética del nombre de calles, ya borrados por el tiempo, ignorado por sus pobladores poco acostumbrados a esa forma de identificación de su entramado vial, como recuerdo de la extrapolación de códigos claves del reparto insignia, ubicado en la capital del país.
Los valores socio-culturales del barrio están vigentes de muchas formas que tiene su expresión más acabada en el alto sentido de identidad que establecen sus pobladores con su entorno.
Recuerdo un suceso jocoso, que me contaron después los propios vecinos, como se movilizó el barrio para alertar a sus moradores de un extraño personaje que visitaba el lugar de día y de noche con una cámara al hombro tomando misteriosas fotos sobre sus inmuebles. 
Ellos fueron inapreciable colaboradores como portadores de la memoria histórica del lugar. Mucho ayudó a la comprensión del emplazamiento el libro de Urania Ramírez Arias que enfatiza en la vida de los primeros habitantes del sitio.
 El vecino del lugar Manuel Hernández Rodríguez brindó una valiosa información oral y gráfica sobre el emplazamiento.
 Recuerdo que al finalizar la visita a su hogar me sorprendió favorablemente al mostrarme el primer número de un boletín mensual de seis páginas, de junio de 1955, ¨Noticias de Nuevo Bayamo¨, donde uno vuelve a sentir el fluir de la vida de sus primeros habitantes, sin duda un valioso documento para la historia del lugar y tal vez un ejemplar divulgativo poco frecuente para una zona residencial en el país.
  Mi intento de elaborar una hipótesis sobre la forma en abanico del barrio me llevó a la casa de la viuda de uno de los protagonistas en el surgimiento del sitio, me confiesa que mi llegada fue providencial porque con dolor estaba a punto de deshacerse de las fotos aéreas originales del lugar donde es posible apreciar el proceso de urbanización, con su infraestructura técnica y las primeras viviendas construidas, en que es fácil observar con gran nitidez toda la morfología del emplazamiento.
Es evidente que sobre el sitio se ha acumulado un número importante de estudios realizados que van desde la historia del barrio vista por sus pobladores, estudios vinculados a inmuebles importantes, análisis del movimiento racionalista y las regulaciones urbanas del lugar; así como lineamientos urbanísticos para la calidad de la imagen y muchos otras publicaciones.
Contar con estas investigaciones permitirá crear las condiciones técnicas para sugerir a Patrimonio la valoración del lugar, de ser favorable, sería posible confeccionar el expediente para ser valorado por la Comisión de Monumento, con vista a declararlo como sitio urbano de significación, atendiendo al sistema de valores que están presentes en el barrio.


Lo cual facilitaría la atención diferenciada, por parte de los especialistas y las autoridades locales, que contribuya a detener el deterioro del espacio edificado, con la consiguiente pérdida de valores, que está ocurriendo de forma creciente en el sitio actualmente.
El reconocimiento de los valores del barrio hará posible que las nuevas generaciones se impregnen del espíritu de sus habitantes y de la belleza de su espacio natural y construido para volver a vivir el sueño de tener un Nuevo Bayamo, como el mejor lugar para vivir…
(Texto e imagen gráfica José Alberto Zayas Pérez)

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