martes, 6 de octubre de 2015

…Mis razones.




Por causa histórica, la región oriental de Cuba ha estado entre los territorios con un menor índice de desarrollo relativo a pesar de los indudables avances ocurridos en más de medio siglo en el país. 

En compensación los rasgos que caracterizan a los cubanos parecen agudizarse en esta tierra, como la  solidaridad y el patriotismo. No por gusto, las dos últimas contiendas bélicas, ocurridas en siglos diferentes, sucedieron en este escenario oriental.

Como suele ocurrir, el espacio físico parece ser fiel reflejo de la vida espiritual de la gente, con sus metas y esperanzas.

A principio de la década del 2000, siendo directivo en  aquel  entonces de un organismo especializado en el ordenamiento físico del territorio y el espacio urbano, había sido citado para un despacho con el recién nombrado secretario del Partido de la provincia cubana de Granma.
La discreta oficina, ahora respira un nuevo aire, no había lujo, pero se percibía un ambiente de trabajo que invitaba a la acción.
Pasé a un pequeño local, una espera de  unos minutos y lo veo entrar, un breve saludo y toca directamente el tema que lo ocupa en esos días y sin preámbulo empieza hablar, me describe un territorio distinto al que conocía, yo trataba de seguir su fértil imaginación, hablaba de lo mucho que había que hacer para mejorar la vida de la gente. Entre otras  propósitos quería transformar la imagen funcional y visual de las ciudades y pueblos para beneficio material y espiritual sus habitantes.
Cuando se aseguró que había entendido bien la idea solicitó, a  nuestra institución, asumir la asesoría técnica de este proyecto, debía presentar a las autoridades locales una guía urbanística que sirviera de pauta para evaluar semanalmente la imagen urbana de pueblos y ciudades que permitiera identificar las deficiencias y facilitara implementar las medidas correctivas para lograr  el cambio deseado.
A la pregunta,  ¿para cuándo debe estar el documento terminado?, su inevitable contesta, tan cubana por cierto, para ayer, fue su lacónica respuesta.
Así que repasé las notas de clases de la universidad, leí algunos libros de autores clásicos que habían tratado sobre la imagen urbana, consulte a colegas de trabajo  y unos pocos días después salió la guía urbanística que se aplicó de inmediato.
El esfuerzo de muchas personas permitió mejorar el espacio edificado, venciendo una montaña de dificultades y haciendo posible lo que parecía imposible. El resultado, la autoestima de los granmenses pareció elevarse como nunca.
Era inevitable que me preguntara  qué parte de nuestros problemas era posible superar  por nosotros mismos, a pesar de nuestras limitaciones materiales, pero también mentales, más allá de las presiones externas que no se pueden minimizar en su impacto y mucho menos ignorarla, como a veces pretenden algunos.
Recuerdo su emotiva despedida cuando finalizó su mandato por parte de la gente sencilla del pueblo en los encuentros fortuitos con él en las calles y la aprehensión que dejaba su partida. Había sido designado para dirigir la provincia de Santiago de Cuba donde radica la segunda ciudad, con igual nombre, más importante del país.
El paso del huracán Sandy por Santiago, con su secuela de daños, puso a prueba a los santiagueros y a sus principales dirigentes que contaron con el apoyo de toda la nación y la solidaridad latinoamericana.
El trabajo admirable de reconstrucción y construcción de nuevas viviendas y de reanimación de espacios públicos, centros culturales, infraestructura vial, servicios sociales y muchos más, ha convertido a la urbe, en una de las ciudades más hermosa del país.
Por eso no me extrañó leer en  una enciclopedia de la red esta descripción, ¨…Su mandato ha sido objeto de constante admiración por quienes lo acompañan en el ejercicio de dirección. Se caracteriza por utilizar métodos no convencionales para la detección de errores y dificultades que frenan el desarrollo de la provincia. El pueblo de Santiago de Cuba, siente gran admiración por él pues se ha sabido ganar el respeto y cariño de los más humildes…¨
Sinceramente no podía discrepar de esa caracterización, es reflejo de su trabajo y también de la labor de miles de personas anónimas.
Debo confesar que  me hace sonreír la frase¨…se caracteriza por utilizar métodos no convencionales…¨porque para podérselo explicar con fidelidad a los lectores, para lo cual hoy no siento preparado, tendría primero que diseccionar que es lo real y que  forma parte ya de la leyenda en la siempre viva imaginación popular.
Recuerdo que cuando estaba en Namibia prestando colaboración técnica, desea hablar de este tema, tal vez con un poco más de detalle. Me impresionaba la manera  tan rica, pintoresca y eficiente de su labor y su manera de relacionarse con las masas y a su vez exigir el máximo a cada uno de los actores principales del territorio,  pero el auto bloqueo que está presente sobre este tópico, rara vez tratado en los medios, me  inhibía  hacerlo.
Al repasar el texto, de lo que había empezado a redactar en tierra africana y nunca terminé, encontré un título provisional, que me hace sonreír  y unas breves líneas donde narraba esa característica suya de aparecer de improviso en los más disímiles lugares y a cualquier horas del día o de la noche sin anunciarse previamente para verificar  los problemas latentes y exigir su solución.
Igual desasosiego experimenté, durante muchas semanas, antes de escribir sobre la profunda impresión que me causó una  señalética con el nombre de Fidel en una esquina de una importante avenida local en Windhoek, la capital de Namibia y mi deseo de compartirla con los cubanos tan poco acostumbrado a esos homenajes en vida de nuestros dirigentes.
En ese  artículo, ¨Fidel¨, reiteraba, ¨…algo totalmente inusual en nuestro país, donde se comprende el valor relativo del papel de las personalidades en la historia y es principio Martiano… de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz…”.
Yo tenía una buena razón para querer compartir estas líneas, más allá de hablar de la historia de un hombre o los mérito de alguien que ha trabajo para su pueblo, es la necesidad de trasmitir la idea que la revolución cubana no depende de una persona, ni de un pequeño grupo de ellas.
Tengo la impresión que muchos ciudadanos  en el extranjero, inclusos amigos de muchas partes, asocian nuestra sociedad y su supervivencia con determinadas figuras políticas y desconocen el valor de mucha gente que está en la base y no son conocidas por los grandes medios, y de su sabiduría y consagración al trabajo está ligado  muchas veces el avance o retroceso de sus territorios y con ello el bienestar de sus conciudadanos.
Una parte importante de ese desconocimiento de la realidad cubana lo tienen los medios de comunicación internacional que anuncian el apocalipsis cuando la vida establezca su pausa natural en los hombres que han tenido una destacada vida pública en el proceso revolucionario cubano.
Pienso en  un asesor extranjero de un proyecto de colaboración que me preguntaba con insistencia, qué pasaría en nuestro país cuando nuestro líder histórico no estuviera, recuerdo que le dije, no pasará nada, aparte de seguir su ejemplo, ante la mirada incrédula del interlocutor.
Él desconocía, la fuerza de mis razones. Pensaba en la masa de líderes destacados de nuestro país, en hombres como Lázaro y otros tantos seres anónimos que forman parte del espíritu heroico del cubano a lo largo de la historia.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario