domingo, 2 de noviembre de 2014

Imágenes de una despedida

En una reunión de trabajo en la embajada de Cuba en Namibia, la agenda es diversa,  pero el tema principal que está en la mente de los participantes es la despedida del embajador,  Carlos Manuel Rojas Lago, quien culmina su labor en esta tierra del sur Africano.
El doctor Nodiel Sobrecueva hace un recuento de su exitosa trayectoria, expresa criterios de su desempeño laboral y algunas características más relevantes de su trabajo, pide opiniones, me mira interrogativo y no sé por qué me dirige directamente una pegunta, tal vez sea la expresión de mis ojos,  sobre si deseo  expresar algún criterio al respecto, lo que me sorprende y me hace responder con un rotundo no, para murmurar entre diente, que yo si argumentaré, pero  a la manera que lo he hecho en los últimos tiempos...
En realidad en ese momento yo estaba recordando cómo lo conocí. Hacía unas pocas semanas me enteré en  La Habana que había sido seleccionado para venir al frente de un colectivo de más de dos docenas de colaboradores de la Construcción y la Planificación Física, era mi primera misión y debía lidiar  con varios umbrales: el idioma, el clima, el trabajo, un colectivo laboral diverso... recuerdo que recién llegado  fui citado a la Embajada con urgencia, había asuntos que ventilar, procesos de trabajo que implementar...
Sentía, en lo que expresaba  el funcionario, toda la carga de responsabilidad que asumía, las ideas del Embajador se encargan de recalcar ese reto, sus palabras era directa, con ausencia de adjetivos innecesarios, a pesar de su formación como periodista, muchas otras veces lo vi actuar de igual manera cuando la situación lo a meritaba,   parecía hacer economía de palabras y de tiempo  en aras de trasmitir los  elementos sustantivos que desea que su interlocutor identificara como esenciales.
Durante su misión se estrecharon, aún más, las relaciones de trabajo que existen entre ambos pueblos, en los diversos campos de la cooperación.
Logrando profundizar los vínculos de amistad con sus autoridades, namibianos que estudiaron en Cuba, residentes cubanos o los colaboradores cubanos.
La manera como lo logró, tal vez sin proponérselo explícitamente,  fueron diversas, como los habituales  juegos de Pelota, como integrante del equipo “Cuba”, donde defendía el campo corto, que tenía como contrario a los entusiastas namibianos que estudiaron en nuestro país.
La siempre bien recibida “Cubanía” de cada fin de mes, donde el intercambio de ideas, el baila, la comida cubana...unen a nativos, residentes cubanos y cooperantes en una gran familia.
Los esfuerzos por defender la verdad de la Revolución y sus nobles motivaciones, como la lucha contra el Bloqueo y la causa por la liberación de los cubanos presos en Estados Unidos, ocuparon una buena parte de su esfuerzo.
El apadrinamiento de una escuela primaria con el nombre de Fidel Castro, donde los colaboradores cubanos hacen su aporte voluntario de forma solidaria o su apoyo entusiasta a las redes sociales para divulgar las verdades de nuestra país, en medio de las campañas mediáticas contra nuestro pueblo.
En el plano personal le debo  haber encausado adecuadamente  mi deseo de reflejar la vida de mi gente y de las realidades de nuestros pueblos, sin interferencias innecesarias, consiente del compromiso que asumimos al reflejamos nuestra realidad a  través de nuestro Blog, Espacio Físico & Construido.
Sobre sus características personales lo expresó mejor un namibiano en sus palabras de despedida al Embajador, habló de su sencillez y la falta de protocolo superfluo que usaba con cubanos y visitantes, donde siempre estaba asequible o se podía ver mezclado en los diferentes colectivos.
Ya pronto a partir le deseamos unas merecidas vacaciones junto con la familia, Bianka y la pequeña Laude  y el deseo que continúe con el mismo entusiasmo en las nuevas responsabilidades por venir.


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