martes, 6 de mayo de 2014

Dulce, La Delegada y Los Problemas Urbanos

Después de una intensa jornada de trabajo en la capital del país, La Habana, formando parte de una delegación de Namibia, que vino a  seleccionar un grupo de profesionales perteneciente al sector  de la construcción y el planeamiento físico, que deben laborar,  próximamente  en ese país, en un ambicioso programa masivo de vivienda para personas de bajos ingresos, aprovecho la oportunidad para visitar brevemente la tierra donde resido, Bayamo, allí me espera la familia, sostén durante estos más de tres años de  trabajo en tierras africanas.
Es además momento para saludar a los amigos y llevar numerosas encomiendas  que me han dado mis colegas de Namibia para sus allegados en  Cuba, lo cual hago con agrado, no ignoro, que ante mi presencia sus familias me asumen como parte de ella, sabiendo que yo tuve el apreciable privilegio de convivir con los suyos, veo en sus ojos la nostalgia por sus seres queridos y la alegría por conocer de primera mano todo lo relacionados con, la hija, el hijo, el esposo, la esposa, la madre, el padre…en que, las muchas horas de vuelos, se convierten en pesados umbrales que  los separan de las personas queridas, a la espera de un próximo y anhelado encuentro.
También es la oportunidad de echar una ojeada al panorama cubano y actualizar los entumecidos recuerdos, de hace apenas unos pocos meses, pero  yo me empeño en encontrar ligeros matices que,  tal vez, lo hacen diferentes. 
Coincidiendo con mi arribo  en el barrio se celebra un nuevo ejercicio de participación popular en la gestión de gobierno. Es la primera  reunión de rendición de cuenta de mi delegada, Dulce, en la zona.
Oigo los comentarios de los vecinos, la mayoría parece  estar motivada, otros pocos, demuestran su inconformidad.
Objetivamente no ignoro sus razones, pues como arquitecto, especializado en temas urbanos, estos tópicos no me son ajenos y pienso que de alguna manera ha faltado información a la población sobre los diversos aspectos que componen la administración de los espacios urbanos.
Conocer la historia del sitio permite comprender las barreras  que dificultan resolver muchos de sus problemas cotidianos, tal vez, el saber las  prioridades citadinas y el "modus operandi" con que se distribuyen los siempre limitados recursos materiales y financieros, les permita arribar a una valoración más realista, de las metas a alcanzar a corto plazo y la que deben esperar por soluciones más dilatados en el tiempo.
Por eso les propongo hacer un necesario distanciamiento y replantearnos el problema, antes de llegar, nuevamente, a nuestra “Dulce delegada”.
Recuerdo a un bloguero de Bayamo, publicar  un polémico artículo en que mostraba su inconformidad  con las acciones constructivas que se realizaban en el centro Histórico y el Paseo bayamés, que le han dado merecida fama, a la ciudad de “Los Coches”,  por la belleza y el cuidado en los detalles de su mobiliario urbano.
Él hablaba de la existencia de  dos Bayamo. El tema no es nuevo y la mayoría de las ciudades de Cuba o del mundo tienen dos caras, lo mismo podría decirse de La Habana, Río de Janeiro, New Orleans, Nueva York o cualquier otra, sólo cambia los valores, en la intensidad de su  gradiente urbano y las causas que la originan.
Existe una ciudad, con la que nos identificamos y mostramos al visitante y otra de la que nos avergonzamos, tal vez en nuestro caso, sin ninguna razón, al menos en términos técnicos e históricos.
Pienso que falta mucha información para entender sus múltiples  razones,  políticas, económicas, sociales…que están detrás de esta realidad.
La vida de los seres humanos no discurre al mismo ritmo temporal que sus iniciados espacios edificados y eso crea sentimiento de insatisfacción permanente en aquellos segmentos de población que aún viven en áreas en transformación de su entramado construido.
A manera de ilustración y compresión, valga este  ejemplo, que puede tener puntos de coincidencia con  muchos sitios urbanos de nuestro país.
Bayamo  a principio del siglo XX estaba destruido, había perdido parte de su patrimonio edificado, en la guerra de los patriotas cubanos contra España y su población apenas alcanzaba unos pocos miles de habitantes.
Desde el punto de vista espacial presentaba una aceptable urbanización en  su sitio fundacional, aunque algunos tramos de sus calles emblemáticas, como por ejemplo, Saco y Pío Rosado, que forman parte de su centro Histórico, aunque nos parezca increíble en este momento, eran de tierra y tenían muchas de sus parcelas ocupadas con la típica vivienda del campo cubano conocida como, bohío, a pesar que habían transcurrido cerca de 400 años desde su fundación en 1513.
Medio siglo después, para 1959, sólo alcanzaba una población cercana a los 29 000 habitantes, limitado  fundamentalmente por la construcción de la línea del ferrocarril que servía como un límite físico fuerte.
A partir de 1976 con la nueva División Política Administrativa se crearon nuevas provincias, surgiendo Bayamo como capital de la provincia de Granma. 
Este hecho favoreció  un descontrolado crecimiento de la ciudad hacia zonas periféricas por parte de asentamientos colindantes y población dispersa, lo que contribuyó, entre otras razones,  a multiplicar  por cinco su   población, rebasando el límite físico de la línea del ferrocarril, con el surgimiento de barrios de crecimiento espontáneo, carentes de la infraestructura técnica y condiciones de habitabilidad necesaria para sus ciudadanos, generadores de   insatisfacción en sus jóvenes pobladores.
Agravado por los  déficit, en estudios de  planeamiento, o su existencia, pero desprovistos de  adecuados instrumentos de gestión,  para una  eficiente, cuando no ausente,  inspección urbanística,  que sirviera como primera barrera de contención contra las ilegalidades.
Ellas  constituyeron parte del caldo principal, de los problemas heredados, a pesar del ya cambiante, pero insuficiente,  aún, panorama urbano de estos espacios residenciales,  que está en  consonancia con  las posibilidades financieras y constructivas  propias del territorio,  en la materialización de estos  complejos proceso de urbanización que se llevan a cabo.
La compresión, que los temas urbanos, rebasan la competencia de un limitado números de instituciones  para implicar a muchos, por no decir a todos, los  actores que interactúan en su   espacio físico, desde las autoridades hasta el  ciudadano de la calle,  clave para aspirar a un crecimiento ordenado de su entorno.
Si creemos, que el problema es nuevo, o es sólo es una preocupación de interés local, bastaría una simple ojeada a la amplia literatura técnica existente o quizás, sería suficiente con leer lo que expresó  un destacado especialista,  Ildefonso Cerdá,   que  al referirse  a la ciudad,  enfatiza en el destino manifiesto a que aspiran los diversos actores  que intervienen en el medio urbano y que sueñan generaciones de urbanistas.  
Cuando nos dice, “Para nosotros, tan digna de consideración es una urbe de diez hectáreas, como una de diez mil; todas son urbes; todas dan albergue a la humanidad y sólo hay que desear que todas fuesen igualmente bien atendidas”
Podríamos seguir ampliando las razones incontestables que hay detrás de esta problemática  y al fin, se haga la luz,  para  poder entender la extraordinaria tarea que debe enfrentar un Delegado en su aspiración de convertirse en portador de los intereses de sus ciudadanos y  representante del gobierno del pueblo en el vecindario.
Hay que recordar que ellos  fueron elegidos desde la base, propuestos por sus vecinos, en acto público,  las candidaturas fueron llevadas a votaciones secretas para la elección de sus representantes. Los candidatos electos forman parte de  Las Asambleas Municipales en cada demarcación territorial.  
Mi esperanza, que una nueva visión del problema, ahora desde su óptica urbana, aporte los elementos adicionales, que permita comprender los retos a enfrentar y ponga de manifiesto los méritos que acompañan a estos Delegados, en este caso, a nuestra Dulce,  una destacada trabajadora y valiente mujer.
Mi reparto, es más conocido por "Las Caobas", a pesar de que ya  ese no es su verdadero nombre, ahora etiquetado con otro, de un patriota muy ilustre, "Carlos Manuel de Céspedes", pero que la gente, por fuerza de la costumbre, se niega a asimilarlo con facilidad.
Es un conglomerado urbano de unos pocos miles de habitantes, resultado de un proyecto planificado, pero aún inconcluso, dividido en diferentes circunscripciones electorales.  
Realmente, aún no le toca a mí jurisdicción barrial el esperado encuentro, pero llevo tres años sin participar de estos demostrativos debates y estaba ansioso de saber que pasó durante mi ausencia, en que se pudo avanzar y aún cuales son, los inagotables temas, que esperan respuestas.
Pregunto y me dicen, que es el  tercer proceso de rendición de cuenta de los delegados de circunscripciones ante sus electores que  corresponde al   XV período de mandato del órgano de Gobierno. 
En medio del debate, un copioso aguacero se desata en el sitio, veo que hay incertidumbre, observo tensión en el auditorio y como siempre hay alguien que rompe el sortilegio con una conocida frase cubana… ¿señores, hay miedo?, la respuesta a coro, noooooo... siento la risa de mi gente y un mar de sombrillas responde al imprevisto.

La Delegada habla de las muchas inquietudes que han tenido respuestas y también las que están pendientes de solución y pide al auditorio hacer nuevos planteamientos.
Los temas como en botica, muy variados y algunos muy especializados, se habla de ingeniería de tránsito, un vecino expone las razones técnicas por la que hay que cambiar el sentido del tránsito a una calle del barrio, sonrió, tal vez nos quedemos algunos sin trabajo, se alega de la falta  de centralidad en los servicios que se ofertan en el vecindario.
Se tocan temas más sustantivos, alguien pregunta cuándo se terminan los trabajos de acueducto para dotar de agua de buena calidad a la comunidad. Se habla de una fecha cercana. Siento murmullo de alegría. 
Una joven recuerda que ya no se realizan actividades para los jóvenes, la promotora cultural de la comunidad se excusa por que estuvo limitada por problemas de enfermedad y reafirma que ya está hecho el programa de actividades a implementar…así son incontables los temas y la búsqueda de solución a los problemas.
Al observar el fluido intercambio entre vecinos, las comparaciones son inevitables, no dejo  de pensar que sigo sin conocer, después de más de tres años de trabajo, a mis vecinos, en mi barrio de la ciudad de Windhoek, en Namibia.
Este intercambio sistemático entre ciudadanos es algo raro en otras partes, aunque a nosotros nos parece lo más natural del mundo.
Eso es parte de los valores intangibles de nuestra sociedad, por encima de ya conocidos y publicitados servicios sociales gratuitos que recibe la población. Sobre lo cual sólo tomamos conciencia, lamentablemente, cuando abandonamos nuestra patria.
La agenda de Dulce está cargada con nuevos planteamientos a resolver, muchos de estos proyectos  serán conocidos y debatidos en La Asamblea Municipal de Bayamo donde ella nos representa, habrá que lograr que algunos de los mismos formen parte del nuevo presupuesto, otros, son acciones de tipo organizativas más fáciles de solventar.
No siempre es sencillo  dar contesta, la ciudad es un “organismo vivo” que tiene prioridades. Por eso es tan importante identificar las actividades sustantivas que están vinculadas con el bienestar de muchos.
Yo sé,  como especialista, que las actividades productivas, los servicios a la población, a nivel de ciudad,  y sus  principales espacios públicos, sus centros de animación, entre otros, tienen la primacía.
Las aspiraciones barriales, están en un programa, tal vez, más dilatado en el tiempo, pero nadie se resigna, si falta una plaza, un  parque infantil, un gimnasio,  una escuela, más próxima al barrio… y Dulce tampoco hace dejación y busca alternativas.
Por eso no es de extrañar que la delegada, toque a la puerta de una colega del vecindario, arquitecta, en busca de un proyecto que la especialista podría aportar, sin ánimo de lucro. 

En otros casos  se apoya en los vecinos para empezar a construir un gimnasio ecológico, que no será como uno importado de Japón, pero que todos vamos a disfrutarlo mejor porque es el resultado del esfuerzo común.
Por eso, para nuestra “Dulce delegada” y para otros como ella, que cada día enfrentan el desafío, en su lucha diaria  contra “Molinos de Viento”, reciban nuestro reconocimiento, por parte de sus agradecidos vecinos, desde  uno de los tantos barrios de Bayamo o por qué no,  de toda Cuba, en que  hoy nos sentimos  deudores de tan meritorio  esfuerzo. 
 

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